sábado, 28 de noviembre de 2020

La infancia necesita una ventana

 La infancia

se merece

una ventana.


Grande

o pequeña,

pero debe

tener una ventana

donde

mirar a un árbol

tan enorme

que el deseo

de treparlo

sea imperioso.


Una ventana

donde una araña

teja

cada noche

con paciencia tenaz

la red

que va a ser barrida

por la inevitable

escoba.


La infancia

necesita

esa ventana

donde desfilen

las sombras

de los monstruos

y se pueda

reclamar

con tono urgente

el abrazo

que todo


lo cura.


MARIANA Marta Finochietto